martes, 27 de septiembre de 2016

Poner el talento al servicio de los demás


Esta semana después de un periodo de descanso y reflexión, volvemos a escribir en el blog #InnovArte.

La mejor manera que tengo de empezar este nuevo periodo es escribiendo y haciendo algunas reflexiones sobre el tema siguiente “Poner nuestro talento al servicio de los demás” que es lo que tratamos hacer en nuestra actividad personal y profesional.

Os quiero dar algunas ideas que hoy surgen en mi sobre este tema.

Comenzamos hablando de los talentos, los talentos de los que hablamos no hacen referencia al dinero y no se refieren exclusivamente a las inteligencias y las capacidades (Por ejemplo las capacidades para cocinar o escribir cuentos, etc). 

Hoy os quiero hablar de esos dones o talentos naturales que todos tenemos dentro y que son grandes cualidades que tienen las personas para enfrentarse en el mundo que nos toca vivir. Estoy hablando de aspectos como el amor, la sencillez, la alegría, la humildad, la entrega o el sacrificio.

Y estos dones son recursos que Dios nos ha dado de manera gratuita para que podamos dar frutos con ellos y podamos ser luz para el mundo.

No son talentos para que los enterremos sino para que los saquemos a la luz y los hagamos crecer.


Sin embargo para poder descubrir esos talentos y poderlos poner al servicio de los demás, tenemos que centrarnos y actuar fuera de nosotros mismos. Se trata de huir del egoísmo y pensar en los demás y no sólo en lo que nosotros necesitamos.

Hoy nos hacemos algunas de éstas preguntas:

    -¿Qué talentos poseo? -¿Cuáles me gustaría tener?
   -¿Cómo puedo aplicar mis talentos para ayudar a los demás, especialmente a los que más lo necesitan?

Hoy me atrevo a daros una pequeña receta que podemos aplicar y poner en nuestra vida y que consta de los siguientes ingredientes o capacidades:

Fe (Confianza), superación, pasión, acción y soñar que somos capaces de ser capaces.

Son muchos los retos y pruebas que tenemos que superar en la vida, nada nos viene por casualidad.

Las cosas las sacamos con esfuerzo, superación, dedicación y sacrificio. Las cosas nos cuestan y muchas veces aparece el dolor y el sufrimiento a lo largo de nuestra vida.

Y es verdad que nos ponemos metas y objetivos, pero más pronto que tarde nos vamos cansando, nos vamos desanimando y ya no tenemos fuerza para luchar.

Y qué decir de los miedos que aparecen: miedo a fracasar, miedo a equivocarnos, miedo a la opinión de los demás, etc
Todo ello nos hace, poco a poco, que se vaya apagando la ilusión y nos vayamos desanimando.

Si seguimos así pronto abandonaremos aquello que hemos estado soñando.

Y es hora de parar a reflexionar para volver otra vez a ponernos en marcha, de poner nuestra maquinaria en acción.

Es hora de retomar nuestro sueño que es nada más y nada menos que poner nuestro talento al servicio de los demás y así poder volver a la senda de crecimiento que nos lleva a ser más felices y válidos para los demás.



Es la hora de retomar la ilusión, de re-ilusionarse y para ello para mí es importante tener en cuenta los aspectos siguientes:

-¿Me estoy enfocando en dar valor a los demás o busco el interés propio?
-¿Recuerdo el para qué lo voy a hacer, lo que quiero hacer?
-¿Me dejo ayudar o enseñar por otras personas?
-¿Me dejo amar por Dios y por las personas que me quieren?

Y es que solamente desde la humildad y desde el amor de Dios, podemos encontrar el sentido a nuestra vida y por tanto poner nuestros talentos al servicio de los demás, amigos, familia, colaboradores, etc

Y no pensar y compararse en lo que hacen los demás para no frustarnos y desencantarnos.

Os quiero contar un pequeño cuento que he encontrado en un blog de Eloy Fernández:


Aquel día hubo un gran incendio en la selva. Todos los animales huían despavoridos. En mitad de la confusión, un pequeño colibrí empezó a volar en dirección contraria a todos los demás. Los leones, las jirafas, los elefantes… todos miraban al colibrí asombrados, pensando qué demonios hacía yendo hacia el fuego. Hasta que uno de los animales, por fín, le preguntó: “¿Dónde vas? ¿Estás loco? Tenemos que huir del fuego”. El colibrí le contestó: “En medio de la selva hay un lago, recojo un poco de agua con mi pico y ayudo a apagar el incendio”. Asombrado, el otro animal sólo pudo decirle “Estás loco, no va a servir para nada. Tú solo no podrás apagarlo”.
Y el colibrí, seguro de sí mismo, respondió:
“Es posible, pero yo cumplo con mi parte.”


Para terminar os quiero decir que no hay nada más maravilloso en la vida que poner nuestro talento al servicio de los demás, ayudar a otros no solamente a darles pescado, sino enseñando a pescar, para que así puedan activar esos talentos que tienen, para aprender y enseñar a pescar.


Y es que no podemos vivir una vida más plena, si ponemos nuestro talento al servicio de los demás y nos movemos y así creceremos y haremos crecer a otros.

Sin olvidar siempre que tenemos que confiar ¡¡
Se trata de brillar y hacer brillar, que cosa más maravillosa ¡¡
Somos un regalo para el mundo ¡¡

Sin olvidar hacer las cosas con entrega y desde el corazón ¡¡

Quiero dedicar este artículo a todas las personas de las Conferencias de San Vicente de Paul y muy especial a la comunidad de Guadalajara por todo su dedicación, esfuerzo, cariño y compromiso con la caridad y por las personas que más lo necesitan.

#SeOsQuiere #GenteGenial
Eloy Rubio Aranda